mayo 04, 2009

Las carboneras

Las carboneras consisten en un método artesanal de producción de carbón vegetal, el cual se conoce desde siglos pasados en Venezuela y muchos otros países. La producción de carbón tenía como objeto -y aún lo tiene- ser usado como combustible doméstico para cocinar –conjuntamente con la leña y el kerosene-, para secar café en las haciendas mediante el uso de sopletes, y también para uso comercial. El carbón vegetal es un producto sólido, frágil y poroso con un alto contenido en carbono que se produce por calentamiento en ausencia de aire (temperaturas de 400 a 700 ºC) de madera y otros residuos vegetales. El poder calorífico del carbón vegetal es muy superior al de la madera.

Las carboneras fueron una práctica empleada por los pobladores de Galipán para hacer carbón. La técnica de las carboneras requería, primero, seleccionar y preparar la madera con la cual haría el carbón; se requería una madera dura para hacer un carbón sólido que no se deshiciera con facilidad. Para preparar una carbonera se debíaía hacer un "plan" o explanada, cerca de un pozo o quebrada, donde se hacía un hoyo y sobre él se elaboraba una "troja" o especie de cubierta con palos entrelazados. Se picaban rolos de madera de aproximadamente un metro de largo los cuales eran colocados en sentido vertical sobre la troja, de modo que quedaran parejos. En el interior, dejaban un espacio que iba desde el pie del hoyo hasta arriba. Se preparaba una primera mesa de madera que era sostenida con horquetas de palos atravesados para que no se cayeran los rolos. Sobre esto se iban colocando nuevas mesas de madera, manteniendo el espacio en el interior, y dándole la forma de un promontorio “que parece un papelón”.

Cuando se tenía lista la armazón de palos, se recubría el exterior con barro, como si fuese una pared de bahareque. Luego, por el hoyo de la base "le metían candela" y ésta se desplazaba por el espacio interior. Después que tenía un rato ardiendo, le tapaban la abertura superior y le abrían pequeños agujeros por los costados con una púa, los cuales eran una especie de "respiraderos" que dejaban escapar el humo a medida que la madera se iba quemando. Las llamas desaparecían y la madera se iba quemando lentamente hasta que se cocía por completo. La función de la troja en la parte inferior era dejar pasar el aire hacia la leña para que el fuego no se apagara. Cuando ya la madera estaba cocida, el barro que recubría la pared exterior de la carbonera se iba cuarteando y desprendiendo o "desboronando" por efecto del calor.

Luego, había que desarmar el hoyo de carbón. Este paso era muy peligroso debido a las altas temperaturas. Para ello preparaban una vara muy larga con un trozo de madera adelante en forma de rastrillo o haragán muy grande con la que iban extendiendo el carbón. En este proceso, podía ocurrir que las brasas se encendieran nuevamente. Por ello, alguien siempre estaba listo con potes de agua para apagar el fuego. Cuando ya no había peligro de que se encendiera de nuevo lo dejaban reposar hasta que se enfriara. Posteriormente, lo colocaban en sacos. El carbón producido en Galipán era vendido en las ciudades cercanas: Caracas, Guarenas, Guatire.

La producción de carbón vegetal por métodos artesanales tiene un serio impacto ambiental que ha sido objeto de preocupación por ambientalistas de todos los tiempos y nacionalidades. En abril de 1872, el explorador inglés James Mudie Spence (La tierra de Bolívar, T. II, pp. 20-21; en: Manara, p. 83), en el primer ascenso conocido al Pico Naiguatá, pudo observar el proceso de fabricación del carbón vegetal. Preocupado, escribió: “El valle que ayuda a formar el estribo por donde marchábamos, presenta un anfiteatro sembrado de casitas de trabajadores del carbón, los que han devastado gran parte de aquellos bosques en provecho de su industria, tan ruinosa para las aguas que fecundizan las campiñas de Caracas”. Señala James que le llamó atención ver en el campo grandes talas de maderas preciosas como cedro, granadillo, guayabo, que son reducidos a carbón sin reflexionar que lo que así queman es oro, sólo para obtener ganancias miserables. “Conveniente sería imponerles el deber de plantar una mata por cada árbol que derribasen, al fin de que al cabo de cierto tiempo estuviese remediado el grave mal que hoy ocasionan”.

Medio siglo más tarde, Manzano (s.f.) denuncia que desde “los albores del pasado siglo los enemigos del Ávila profanaban sus bosques para convertirlos en fuente de riquezas de carboneros y pulperos” sin que se tomasen medidas extremas para castigar a quienes burlando la vigilancia de los guardabosques se talaban e incendiaban los bosques “para solazarse con la voracidad de las llamas”.

La literatura sobre la historia cubana narra que, en los inicios del siglo XX, Washington comenzó una serie de invasiones a los países del Caribe y de Centroamérica. El objetivo era no sólo su política exterior de dominación, sino favorecer su Marina de Guerra que necesitaba estaciones carboneras. Según el Tratado de París, del 10 de diciembre de 1898, firmado entre España y Estados Unidos, Norteamérica recibió el control de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En 1901, el Senado y la Cámara de Representantes norteamericanos aprobaron la Enmienda Platt, la cual permitía la "soberanía" de Cuba, pero autorizaba al gobierno norteamericano a intervenir en cualquier momento en el país, y establecía que el gobierno de Cuba debía arrendar a los Estados Unidos "las tierras necesarias para carboneras o estaciones navales en ciertos puntos determinados que se convendrán con el presidente de los Estados Unidos."

La práctica de las carboneras representa un atentado contra el sistema ecológico natural, ya que ocasiona la intervención y destrucción de la capa vegetal y los bosques, así como la afectación de la capa freática y de los cursos de agua. Desde este modesto espacio hacemos un llamado desesperado a las autoridades e instituciones nacionales e internacionales para apliquen medidas drásticas que contribuyan a la erradicación definitiva de esta práctica atroz que atenta contra la vida en el planeta.

Bibliografía:
Cubagrande (2005). Cronología histórica de Cuba [Información en línea]. Disponible: http://www.cubagrande.com/historia_guerras.html [Consulta: Mayo 04, 2009]
Denis Hernández, Valerio (2000). Entrevista efectuada por Lourdes Denis Santana. San Isidro de Galipán, Parque Nacional El Ávila. Venezuela.
Estudio FAO - Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (1983). Métodos simples para fabricar carbón vegetal [Manual en línea] Disponible: http://www.fao.org/docrep/x5595s/X5595S00.htm [Consulta: Mayo 04, 2009]
Manara, Bruno (1998). El Ávila. Biografía de una montaña. Caracas: Arte.
Manzano, Lucas (s.f.) Caracas de mil y pico. Caracas: Cultura, p. 86.
Spence, James Mudie. La tierra de Bolívar. Banco Central de Venezuela. Col. Cuatricentenario Caracas, Vols. I y II.
Menéndez, J. Ángel (2007). El carbón en la vida cotidiana [Información en línea]. Disponible: http://www.oviedo.es/personales/carbon/curiosidades/carbon%20vegetal.htm [Consulta: Mayo 04, 2009]